A pesar de haber dudado de la conveniencia del cambio de día, al final todos estuvimos de acuerdo en que fue un acierto pues además de no mojarnos no corrimos el riesgo de resbalarnos por el camino.
Tras desayunar, coger reservas para el camino y visitar la iglesia de Santa Olaya en Ujo volvimos al autocar para iniciar nuestra ruta del día en "el Pino". Ruta que como siempre cada uno fue recorriendo y disfrutando a su ritmo para terminarla junto a la iglesia de Felechosa donde pudimos disfrutar de una suculenta comida campestre, que nada tuvo que envidiar a la carne guisada que otros caminantes que se cruzaron en nuestra emisora comieron en unos de los bares de la zona.
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