Tras cruzar la estrecha carretera asfaltada que une Cabueñes (Gijón) con Quintueles (Villaviciosa)
comienza el que puede considerarse tercero y último tramo de la senda que va
desde la Llorea a la Playa de la Ñora, al que se accede a través de una amplia
pradera ribereña que acoge el llamado Molín
de Pilo, una casería habitada en su planta alta y en cuyo bajo alberga
lo que queda de un antiguo molino hidráulico de los muchos que antiguamente
existían y que han ido desapareciendo en manos de otras energías más modernas y
del que aún pueden verse algunas de sus partes originales, como el cubu o
depósito , el arco de desagüe cuadrado, la presa que dirigía el agua al molino
constituyendo una atractiva cascada y la canal que reconducía el agua de nuevo
al rio.
Pero durante muchos años el Molín de Pilo es recordado por
ser un merendero de referencia para varias generaciones de vecinos de Cabueñes
(Gijón) y Quintueles (Villaviciosa) y bañistas
de la Ñora que ribera arriba llegaban hasta el merendero y se sentaban a comer
y beber en buena compañía. Por eso no es de extrañar que en la literatura
podamos encontrar reseñas como esta “Miles de jóvenes enamorados han venido a
este mítico y embrujado rincón, a comer un bocadillo de tortilla y chorizo con
unas botellas de sidra, para tratar de pasar el tiempo y sus emociones
afectivas”.
Tras la publicación del 25 de Marzo en el Facebook “Obras Rio
Pilo-La Ñora” en la que invitábamos a compartir recuerdos, anécdotas, fotos…
hoy podemos acercarnos un poco más a este mítico merendero gracias a todas las
aportaciones recibidas.
Así, han sido múltiples los comentarios que han exalzado el
ambiente festivo y distendido del lugar pues con la llegada del buen tiempo el Molin de Pilo o de la Ñora se convertía en una alternativa ideal para disfrutar
de una auténtica jira al aire libre en familia o entre amigos
Yolanda Rivero sin duda lo recuerda con añoranza “Me acuerdo
mucho del Molino, era un sitio precioso, los asiduos del fin de semana fueron
construyendo cabañas con su jardín, había una que siempre me llamó la atención,
se llamaba “la Ponderosa”. Después de casarme estuve unos años sin ir y cuando
volvimos en al año 1981-82 estaba abandonado. Quisimos ir por el sendero que
había por el río, que era por dónde íbamos antes y fue toda una aventura,
estaba totalmente cerrado y nos tuvimos que ir abriendo camino a golpe de
cuchillo, menuda aventura”.
La prensa también ha
sido testigo de la evolución del lugar haciendo referencia tanto a las Fiestas Infantiles, Peña de Amigos… como al
fallecimiento de Santiago que mucha gente recordará ligado al Molín de Pilo.
¡ me impresiona¡ parece subrealista todo¡
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